Páginas

miércoles, 10 de octubre de 2012

Cuando escribía cartas


CUANDO ESCRIBÍA CARTAS.

  No suelo escribir mucho, pero de vez en cuando permito que mis dedos se deslicen por el teclado y dejen constancia de lo que pasa por mi cabeza. Hace unos años lo hacía con un “boli” de punta fina, que fue con el que siempre me gustó escribir, en un cuaderno de cuadro mediano en el que me entretenía haciendo un margen de trenzas en cada una de las páginas. Todavía hoy no se si me gustaba más escribir o dibujar los  márgenes.

  Me di cuenta de que me gustaba escribir cuando redactaba cartas de uno o dos folios. Dejaba el alma en muchas, en otras además el corazón.

  Aún conservo alguno de aquellos cuadernos, vencido ya por el paso de los años pero que ha inmortalizado las vivencias que plasmé en él con no se muy bien que intención. El caso es que está ahí y que repasando capítulos de mi vida, ha aparecido como por arte de magia, escondido en la gaveta de un mueble desvencijado, provocado en mí el deseo de continuar escribiendo, desde luego no en él,  porque el pobre ya solo resiste el peso de una mirada, pero sí desde aquí, desde este espacio al que hoy le doy vida.
  
  Poco a poco iré dejando algunas de esas paginas que ahora escribo en Word porque, como la mayoría de nosotros, me he ido acostumbrando a la comodidad del corrector ortográfico y a la posibilidad de deshacer lo escrito en lugar de hacer un borrón.

  Hace apenas unos meses escribí un pequeño relato para una de aquellas personas con las que intercambiaba cartas de uno, dos y hasta tres folios, eran otros tiempos evidentemente. Ahora que contamos con un sin fin de herramientas de comunicación, en la era del 2.0, donde en algunas de ellas hasta se nos limita la escritura a menos de 140 caracteres , pensar en tres folios se nos antoja una verdadera locura. Es un relato en el que cuento la historia de dos personas que se reencuentran después de muchos años y que comienza precisamente así, marcando el tiempo, ese que ha dejado las evidentes huellas inevitables de su paso, aunque algunos nos empeñemos en no mostrarlas.
Dejo aquí las primeras líneas como agradecimiento a su apoyo incondicional y a su cariño.

-Y ya peinamos canas, bueno, tú más, yo me las maquillo, sabes que siempre fui muy coqueta, según tú, demasiado, y te doy la razón.

Fueron esas las palabras que alcancé a oír cuando pasé junto a ellos, y no pude resistir la tentación de quedarme un poco más, quería saber cual sería la respuesta de él....







5 comentarios:

  1. ooohhhh que bonito RiT!! y.... ¿Cuál fue la respuesta de él...? Me quedé con la intriga....jejeje Espero que lo digas en la próxima publicación... jejeje
    Besotessssssssssss tQ :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Laura, lo escribí para alguien, será ese alguien quien decida si se publica o no! De momento veo que he conseguido intrigarte, eso está bien. Un beso.

      Eliminar
  2. ENCANTADA E INTRIGADA........Esperemos a ver si queda y en que queda.............

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegra que te guste Jacqueline, y que te intrigue me encanta......una manera de mantenerte aquí, asomada a mi ventana. Gracias y un beso.

      Eliminar
  3. Rita, escribes muy bonito! No dejes de hacerlo. Gracias por ese regalo.

    ResponderEliminar